Crisis del siglo XIV es la denominación
historiográfica de uno de los periodos que puede considerarse como de crisis
secular o
crisis general, al menos para Europa y la cuenca del mediterráneo Temporalmente abarca el tramo final de la edad media ,
hasta la recuperación de la población, el dinamismo económico y el nuevo vigor cultural que trajeron el renacimiento y la era de los descubrimientos .
Guerras:
Pese
a tan desolador panorama, la guerra no se detendría ni un momento, añadiéndose
a los infinitos males de una sociedad en general exhausta, en donde la muerte era un espectáculo habitual,
prácticamente cotidiano.
La Europa de finales de la Baja Edad Media
parecía, a decir verdad, un auténtico escenario bélico, y las batallas
desempeñarían su propio rol, evidentemente negativo, sobre la demografía y las
mentalidades colectivas. La más célebre de este período, la Guerra de los Cien
Años, estalló en 1337 entre Francia e Inglaterra debido a cuestiones dinásticas
e intereses comerciales, y terminó en 1453, contribuyendo por su larguísima
duración y notable crueldad a aumentar aún más si cabe la crisis demográfica y
económica. En tales circunstancias, es justo que pueda parecer milagroso el
nuevo resurgimiento que experimentaría Europa desde finales del siglo XV y
principios del XVI, durante el llamado Renacimiento.
Las pestes:
Obviamente, la carestía de recursos y alimentos básicos
debilitaba a una población que, en general, era víctima de la desnutrición y la
malnutrición, pero se cebaba de forma especialmente notable sobre las clases
humildes, las más necesitadas. La consecuencia primera de las crisis
alimentarias era, casi de inmediato, la aparición y fácil propagación de toda
clase de enfermedades contagiosas. De entre todas ellas, la más famosa, temida
y destructiva era sin duda la peste bubónica,
o negra.
Esta pandemia, causada
por una bacteria (Yersinia
pestis) que se transmite por la picadura de las pulgas (parásitos a
la vez de las ratas, animal muy abundante en el Viejo Mundo), era ya una vieja
conocida en la Europa medieval, desde la antigüedad. Sin embargo, el brote de
peste de los años 1347-53, que tuvo su peor momento en el año 1348, fue
especialmente mortífero y devastador. En términos generales, se puede decir que
casi todas las ciudades y aldeas vieron reducidas drásticamente sus poblaciones
en un tercio, y a menudo, incluso a la mitad (o menos). En los peores casos,
muchos núcleos de población fueron totalmente abandonados en cuestión de días,
pues sus habitantes huían a otros lugares, por miedo al contagio. Florencia vio
perder de este modo aproximadamente el 80-90% de su población en un tiempo
récord.
Aquella brutal pandemia
parece deberse a, o tener su origen en, las tripulaciones infectadas de algunos
barcos mercantes genoveses que, procedentes de varios puertos del Asia Menor
-región en donde la peste era un mal endémico, desde la invasion mongola del siglo XIII-, desembarcaron con su
horripilante carga de enfermos contagiosos en varios puertos italianos
(Messina, Génova, Venecia) y franceses (Marsella) en el año 1347. Desde allí,
en cuestión de unos pocos meses, la peste se extendería por el resto de Europa,
afectando primero a Italia y luego a Francia, para inmediatamente después
alcanzar Suiza, Alemania, la Península Ibérica, Inglaterra, y por último (entre
1349 y 1350), Escandinavia.
La peste dejaría tras de
sí un paisaje deprimente, cuajado de ciudades antaño populosas y florecientes,
pero repentinamente vacías, moribundas. La epidemia cortó por lo sano el
desarrollo económico; la expansión territorial y agrícola se frenó bruscamente,
al desaparecer de la noche a la mañana la hasta entonces abundante mano de
obra, miles de trabajadores que habían hecho posible el sueño del hombre
europeo de conquistar nuevas tierras al bosque y la ciénaga, dominadas bajo la
forma de nuevas áreas de cultivos y colonias rurales.
Hambrunas:
Durante la Edad
Media, las hambrunas y las mortandades que estas causaban eran bastante
habituales. Así durante el siglo XIV Francia sufrió cinco e Inglaterra al menos
cuatro. La mayoría de gente
no disponía de alimento suficiente y
la vida era una lucha por sobrevivir. La esperanza de vida del
pueblo llano era de unos 30 años, en el caso de la familia real inglesa esta
ascendía hasta poco más de los 35, aunque la Gran Hambruna la reduciría hasta
los 30.
Vale la pena aclarar que la esperanza de vida consiste en el cálculo de la media de la población al morir, así en la Edad Media la alta mortandad infantil rebajaba de manera considerable esta cifra.
Esta Gran Hambruna afectó a todo el continente europeo desde las llanuras rusas hasta el mediterráneo, aunque se cebó especialmente con Francia, Flandes e Inglaterra.
Durante el periodo de bonanza del Óptimo Climático Medieval Europa había sufrido una explosión demográfica, que había situado su población en máximos históricos llegando al límite de población que la producción agrícola podía mantener incluso en un año normal.
Vale la pena aclarar que la esperanza de vida consiste en el cálculo de la media de la población al morir, así en la Edad Media la alta mortandad infantil rebajaba de manera considerable esta cifra.
Esta Gran Hambruna afectó a todo el continente europeo desde las llanuras rusas hasta el mediterráneo, aunque se cebó especialmente con Francia, Flandes e Inglaterra.
Durante el periodo de bonanza del Óptimo Climático Medieval Europa había sufrido una explosión demográfica, que había situado su población en máximos históricos llegando al límite de población que la producción agrícola podía mantener incluso en un año normal.